jueves, 3 de abril de 2008

Sicko: Reencuentro con Michael Moore

La primera vez que ví Bowling for Columbine me quedé atónito, estupefacto casi sin palabras. Cuando fuí al cine a ver Fahrenheit 9/11 me llevé una pequeña decepción pues no me pareció tan coherente como la anterior.

Ahora con Sicko, una mezcla intencionada y sarcástica de las palabras psicho (demente) y sick (enfermo), he recuperado la "fé" en Michael Moore. Sicko es su nuevo documental que trata del sistema sanitario estadounidense en clave de protesta contra las farmaceuticas y el sistema sanitario que las sustenta con cuantiosos beneficios a costa de la salud de los pobres.

Ante los ojos de un espectador norteamericano Moore intenta mostrar las mayores y más brutales deficiencias de la sanidad estadounidense y expone su tésis del origen de tal descalabro.

Sin embargo el mismo documental visto por un espectador no-estadounidense ,especialmente para el europeo, provoca que valoremos nuestro sistema sanitario en gran medida. Un sistema sanitario no-estadounidense idealizado en la cinta pero solo en la forma, no en el fondo que es lo que a Moore le importa enseñar. En los Estados Unidos tienes la salud que puedes pagar y obviamente los precios son altísimos mientras que en Europa la salud es lo primero y luego veremos como se paga.

Michael intenta movilizar la conciencia para ser crítica con el poder establecido no como una forma de destruir el orden sino como una forma de mejorarlo; la mejor forma de ejercer la libertad en democracia. Aquellos que le tachan de anti-patriota no pueden estar más equivocados. Este hombre hace lo que hace por amor a su país y eso es loable.

En los EEUU todo está tan individualizado que no se entiende porqué alguien va a tener que pagar con los impuestos el nacimiento de un recién nacido que ni siquiera conoce. Tal y como da a entender el gordito de la gorra, los norteamericanos tienen perdido el horizonte de la solidaridad en este punto y sin embargo está demostrado que no es por falta de capacidad tanto en los detalles cotidianos entre vecinos como en los grandes sucesos como fue el 9/11 y sus héroes más anónimos de todos: los voluntarios.

Me convence especialmente cuando vanaliza sobre el fantasma del socialismo que aún es usado políticamente como un azote. Si existen servicios "socializados" como el cuerpo de bomberos porqué no la sanidad también si está demostrado que funciona bien. Y aquí es donde llega el ejemplo de Cuba.

Michael siempre busca la noticia que le va a dar la publicidad que necesita para que su documental transcienda y hay que reconocer que es increiblemente ingenioso este señor. Entrar en Cuba casi en plan turista (no sé sabe por ley cómo lo llega a hacer) y demostrar la diferencia abismal de precio de los medicamentos (estamos hablando del mismo medicamento o de uno con el mismo principio activo e igual de válido para la enfermedad x) resultaba surrealista. Sin duda una de mis escenas favoritas.

En fin, son muchas cosas las que uno puede descubrir viendo Sicko y recomiendo que la gente la vea y mejor si es en compañia pues incita al debate y la reflexión. Me gusta su estilo provocador e irreverente pero no cae en el "mal gusto gratuito", hay escenas que pueden ser duras pero su existencia en la película tiene un motivo de fondo, un mensaje a EEUU y a todo el mundo de la estrecha relación entre humanidad y sanidad.

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